El regreso


Para Fabiola

Dejé de publicar en este blog hace algunos meses, por alguna razón las ideas y las palabras no me resultaban suficientemente interesantes o relevantes para concluirlas. A pesar de eso, mi mente no se alejaba de la idea de escribir, me quejaba y me molestaba conmigo mismo por no hacerlo, el pensamiento se mantenía y no lograba sentirme mejor. 

Pero hace algunos días me enseñaron un proceso muy práctico para liberar la mente. Se trata de un ciclo que yo me imaginé en forma de un triángulo. Esta figura se compone por tres palabras distintas: pensamiento, emoción y conducta. 

Como pensamiento podemos entender todas a aquellas oraciones que se forman en nuestra mente y pueden ser tan diversas como “debo comprar el pan”, “me quiero casar con José” o “se me olvidó apagar la estufa”.

Al tratarse de un proceso, la emoción es la segunda etapa. Con esto nos referimos a lo que el pensamiento anterior provoca en nosotros, y continuando con las mismas historias, puede mostrarse o sentirse de la siguiente manera: recordar que debo comprar el pan me hace sentir preocupado porque no me va a alcanzar el tiempo para hacerlo, a cierta persona pensar en su boda con José le puede hacer sentir muy alegre, mientras que en el tercer caso la persona puede sentirse ansiosa porque no recuerda si apagó o no la estufa al salir de su casa. 

El último elemento es la conducta, es en este punto en el que se da salida al pensamiento y a la emoción que ya hemos mencionado antes. Por ejemplo, pedirle a nuestra hermana que pase por el pan, demostrarle a José el cariño que sentimos por él o regresarnos a la casa para revisar si la estufa está o no apagada.  

Una vez ejecutada esa conducta, el pensamiento y la emoción salen de nuestro cuerpo y mente para dar espacio para que nos enfoquemos en otra cosa… es algo de todos los días.

Claro que hay situaciones en las que reaccionamos de inmediato y de manera automática como en los ejemplos anteriores pero al ser seres humanos, y tener nuestro cerebro y nuestro corazoncito, algunos temas pueden volverse muy, muy pero muy complejos.

Esta complejidad se genera cuando los pensamientos se convierten en emociones sin que exista una conducta específica, lo cual termina en un rebote constante entre emoción y pensamiento que puede mantenerse dentro de nosotros por mucho tiempo. 

El rebote puede durar tanto tiempo en nuestra mente que termine transformándose en algo totalmente distinto a lo que inicialmente era, es decir, se convierte en un bola de nieve que al momento de detectarla es mas difícil detenerla y entenderla.

Por eso es importante hacernos hábiles en accionar rápido frente a las pequeñas cosas de la vida para tener tiempo y espacio para aquellas que de pronto se vuelven más complicada y tener la fortaleza de transformar nuestros pensamientos y nuestras emociones en conductas que nos harán sentir liberados. 

Esta es la razón por la que este Taco de Palabras lleva por título el regreso, porque para mí esta es la manera en que cierro el ciclo en forma de triángulo y decido dedicarle tiempo a algo que constantemente invade mi mente pero que muchas veces pospongo, poniendo excusas o justificando el porqué no lo llevo a cabo. Básicamente se trata de volver una y otra vez a esa inquietud, a ese deseo y realizarlo. 


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