Algo tan emocionante como para hacer que el corazón deje de latir

Hoy te vi una vez más  y no me atreví a contarte de la serie que acabo de ver. Todas y todos hablan de ella. Las redes sociales están llenas de las fotografías de los protagonistas. 

Se trata del romance entre dos chavos que estudian la preparatoria. La trama inicia con uno de ellos sintiendo cosas bonitas por el otro. El primero se llama Charlie y ya ha salido del clóset. El segundo es Nick pero se encuentra un poco confundido respecto a su sexualidad. Pero al final, a pesar de las adversidades, sus sueños se cumplen y el amor triunfa. Historia común, ¿no? 

Terminé de verla el domingo pasado y lloré a mares. Quiero contarte que me emocioné mucho pero no quiero volver a los momentos que ya pasaron en nuestra vida. Si por algo funciona esta serie de la que hablo es porque cuenta la historia que muchos de nosotros queríamos o queremos vivir. 

¿Sabes algo? Es mi historia contigo pero con otro final. 

¿Recuerdas cómo te confesé mi cariño? A través de esa carta donde expuse todos los motivos que me hacían quererte. Tu forma de hablarme, tu manera de tocar mi cabello de vez en cuando, tu actitud diferente hacia conmigo. 

Esa carta escrita en una hoja de alguno de mis cuadernos que en aquel entonces albergaban solo rayones. Al día siguiente me escribiste, era tu letra sobre un trozo de papel cuadriculado que decía “¿eres tú el de la carta?”.

Sobre el mismo papel escribí mis disculpas para ti. Me sentí avergonzado por hacerte sentir incómodo, por decir cosas que no te interesaban y mostrarte sentimientos que no serían correspondidos. 

Te pedí no le dijeras a nadie sobre mi atrevimiento y respondiste con la frase con la que te quedarías grabado para siempre en mi memoria: será nuestro secreto.

A partir de ese momento, los días ya no fueron iguales entre tú y yo. Sabías algo de mí, sabías que tenías mi atención, mi cariño, mis ganas. Y yo… yo tenía tu gusto por sentirte querido. 

Hoy, dieciocho años después, sigo a tu lado. No como quisiera, no como la historia de Charlie y Nick. Sino como una historia nuestra, o mejor dicho, mi propia historia contigo. La de un chico que a sus quince años conoce a otro chico y le confiesa su cariño. 

Un chico que con el pasar de los años comparte tiempo y espacio con un buen amigo. Un amigo con el que pasa las semanas viendo partidos de fútbol, bebiendo cerveza los miércoles por la tarde, viajando juntos cada año para conocer los inviernos en diferentes partes del mundo. Conociendo a las novias de uno y a los novios del otro. 

La historia de un chico que se hizo adulto y que, ahora, con treinta y cuatro años vividos sigue con el corazón pausado, detenido, a la espera de recibir de ti una mirada diferente, un abrazo en otro sentido y un beso que demuestre que me quieres de la misma forma en que yo te he querido desde siempre.