Rosa María


Se levantó de su cama antes de que el sol entrara por la ventana. Como cualquier otro día, lo primero que hizo fue mojar su cuerpo con agua helada para despertar sus sentidos. Después de aquel baño todo funcionó mejor. 

Veinte minutos antes de las cinco de la mañana ya estaba casi lista. Faltaba en su rostro el maquillaje que la hacía verse y sentirse más guapa pues resaltaba sus ojos oscuros y su piel morena. Tomó su melena negra y la ató hacia atrás con una liga color blanco. 

Y se fue, luego de despedirse de su hijo Daniel quien dormía en la cuna y de avisar a Josefina, su madre, que iba a comprar pollo para cenar por la tarde. Josefina, medio dormida, le pidió que caminara con cuidado. 

Cuando empezó a andar por la calle, los rayos de sol aún no se asomaban por el este, pero la luz de los autos y los camiones ya le iluminaban la cara. Yendo por la calle evitó el charco de agua limpia provocado por una fuga con tres días de antigüedad y escuchó las cadenas rechinantes de la tortillería de la colonia. 

Observó a lo lejos movimiento. Sus compañeros de viaje ya abordaban el camión y decidió correr, sujetando fuerte su bolso y la bata blanca con líneas azules que lavó la tarde anterior. Dijo buenos días al chofer, tomó el tercer asiento del lado izquierdo y se acomodó junto a la ventana. 

Más adelante, Lupita le acompañó y platicaron sobre las clases gratis de inglés de todos los sábados, de la fiesta del viernes a la que no asistirían, de cuántos años pasarían para terminar de pagar su casa y en el largo viaje ambas quedaron en silencio mirando a través de la ventana con los ojos medio abiertos y medio cerrados. 

Las piezas pasaban frente a ella, con movimientos veloces lograba ensamblarlas en el lugar correcto, en el tiempo adecuado. Su labor se vio interrumpida, ella fue llevada a una oficina que jamás había visitado y mantuvo una conversación con una persona a quien antes apenas había saludado. Recibió buenas noticias y con tanta emoción, de sus ojos cayeron lágrimas que humedecieron la parte frontal de su bata blanca. Apenas se contuvo, quiso gritar y no pudo, quiso llorar sin medida y se dominó. La cena sería la ocasión perfecta para celebrar. 

Salió del supermercado no solo con un pollo, llevaba también un pequeño pastel y un frasco grande de café soluble para compartir en la sobremesa pero aquella noche Rosa María no llegó a casa. 

Mientras se encontraba en la parte trasera del auto pensó en dos personas, pensó en que su madre se haría anciana y su hijo se convertiría en un hombre y ella no estaría ahí para presenciarlo. Era eso lo que realmente le dolía, le lastimaba y preocupaba. No el rostro del hombre que no podía distinguir en ese momento ni las manos que se acercaban a todas partes de su cuerpo. Cerró los ojos para no mirarlo, el peso de aquel cuerpo y  los movimientos bruscos la dominaron y no pudo pensar más ni en su familia ni en sus anhelos, tampoco en las buenas nuevas que había recibido antes. 

Fue abandonada después de haberse defendido, utilizando sus manos, sus piernas, sus codos, sus uñas y todas sus fuerzas.

Despertó en un lugar oscuro, rodeada de arbustos espinosos. Por un momento se dedicó a mirar las estrellas, sin reaccionar, sin cuestionar lo sucedido, pero pensó otra vez en Daniel y pensó en Josefina, se levantó, sacudiendo de su cuerpo la arena y las piedritas que se habían pegado a su piel por culpa del sudor. 

Pudo observar las luces de la ciudad, no se encontraban demasiado lejos, se hizo de algunas cosas personales tiradas en el suelo y comenzó a caminar hacia esas luces que de pronto parecían bailar. 

Cuando por fin se cercioró que estaba cerca del charco de agua limpia y del rechinar de las cadenas de la tortillería de la colonia, cerca de casa, miró al cielo y notó que del este ya asomaban los primeros rayos de luz de sol. 



Comentarios

  1. Un mujer que antes de salir de su casa a trabajar pasa y se despide de su hijo y madre.
    Una mujer que al recibir una buena noticia que beneficiara a su familia piensa en celebrar con un pequeño pastel con su hijo y madre.
    Una mujer que aún estando en peligro de muerte deja a lado su existir y piensa en el vivir de su hijo y madre.

    Por esas mujeres que lo dan todo por su familia aún viviendo con el miedo de salir a trabajar y no regresar.

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  2. Me encantaría que fuera una historia de ficción pero es la realidad de muchas

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  3. Una realidad que se vive día a día

    Vivan esas mujeres que luchan día a día por el sustento de su familia

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  4. De los mejores que he leído, espero que solo sea ficción y no sea una de las tantas injusticias en el país

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    1. Sería lindo que no pasaran este tipo de cosas... Muchas gracias por leer.

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