Atravesar las nubes
Hace más de un año fui a comer con una gran amiga, no celebrábamos nada en particular, solo compartimos los alimentos, algunas risas y otros temas más serios para luego cada uno partir a su siguiente destino.
Al despedirnos, nos abrazamos y yo le dije “gracias”, a lo que ella respondió con “¿por qué me agradeces?”. En ese momento no encontré las palabras para ofrecerle una respuesta rápida a lo que se cruzó por mi mente.
Por fortuna, la respuesta llegó a mí la semana pasada (quizá un poco tarde para explicarlo a mi amiga pero justo a tiempo para mí) mientras veía el documental Stutz.
Este documental tiene como objetivo compartir algunas de las herramientas que el psiquiatra y terapeuta Phil Stutz comparte con sus pacientes con la intención de que se sientan mejor anímicamente al momento de aplicarlas.
Entre las varias herramientas que nos presentan a lo largo del documental, hubo una en particular que relacioné con la respuesta que no pude darle a mi amiga. Stutz la llama el Flujo Agradecido y para explicarlo nos cuenta una historia de cuando, siendo un pequeño de nueve años, viajó en avión con su padre.
Antes de subir al avión, veía solo nubes negras en el cielo, algo que causó sentimientos no agradables en él al no estar seguro de cómo el avión volaría a través de algo que se veía tan denso y tenebroso, pero su padre le dijo “atravesaremos las nubes y estará el sol brillando”. Y así fue, una vez que el avión atravesó esa capa de nubes, el sol lo esperaba, brillante y con la misma intensidad de siempre.
Stutz compara estas nubes negras con los pensamientos negativos que llegan a nuestra mente a veces cada semana, en ocasiones cada día e incluso cada minuto de nuestras horas. Aquí la pregunta es ¿cómo atravieso esos pensamientos negativos? La respuesta es: con gratitud.
Es aquí donde nos propone cerrar nuestros ojos y empezar a mencionar cosas por las que nos sintamos agradecidos, entre más simples mejor, así nuestra mente empezará a concentrarse en buscar en los detalles de nuestra vida. Luego de haber pensado en aquello que agradecemos nos detenemos y dejamos de mencionar las otras opciones que nos vinieron a la mente. Al hacer esto, algo en nuestro interior se hace más fuerte y, si bien nos va, podremos llegar a sentirnos dominados por una fuerza, pero no negativa, sino de gratitud.
Básicamente, el Flujo Agradecido, es un proceso creado por nosotros mismos que nos da la sensación de que a pesar de las nubes negras habrá algo positivo, aunque no siempre podamos verlo.
Esto va más allá de sentirnos agradecidos cuando alguien hace algo por nosotros, o cuando nos dan un regalo o una oportunidad. La gratitud es un estado en el que nos beneficia estar la mayor parte del tiempo posible.
Y creo que esta es la razón por la cual le dije “gracias” a mi amiga cuando comimos juntos aquella vez, porque aun cuando no recuerdo la situación particular que yo vivía en aquel momento, lo más seguro es que tenerla junto a mí aquel día me mostró que siempre existen cosas positivas o cosas tan bonitas como el plato de comida que me ofrece mi madre, el poder despertar al lado de la persona que quiero, la risa de los niños en la casa, ver una película con un buen amigo, beber un café por la mañana o poder tomarme unos minutos para darme cuenta que todo, absolutamente todo, es como debe de ser en este momento.
Gracias por escribir esto😘
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