02 de junio de 2024
Ya pasaron algunos días desde el domingo dos de junio, día de elecciones en México para elegir a la persona gobernante durante los próximos seis años. He pasado los días pensando en los resultados de la jornada electoral y creo que, al menos para mí, hay varias lecciones importantes. Al menos tres y trataré de ser breve al plantearlas.
- La primera mujer presidenta de México
En 2012 vi en la boleta electoral el nombre de una mujer, con posibilidades reales de ganar, como candidata a presidenta de la República. Era algo que me entusiasmaba y me ilusionaba pero las cosas no salieron como esperaban, o esperaba yo, y quedó en tercer lugar.
Ahora, doce años después, se ha elegido a la primera mujer presidenta de México. La primera mujer en ganar una elección presidencial y la mujer que ha recibido más votos en la historia del país (arriba de 35 millones de votos). Lo dijo una periodista la noche del dos de junio: “es un símbolo y un símbolo que pesará”. Las futuras generaciones verán en los libros de historia que una mujer en el año 2024 fue la primera en ser elegida presidenta luego de 200 años de democracia en la República Mexicana.
Las niñas, y me atrevo a decir, que todas las personas que en algún momento se han sentido relegadas, separadas, discriminadas por su sexo, por su condición social o su color de piel, tendrán un referente de que se puede llegar a ser presidenta o presidente de México sin importar cualquier situación o característica que, en un principio, aparente ser una limitante. Eso me emociona y me enchina la piel.
- El torbellino de Morena
El partido en el poder, juntos con sus partidos aliados, tendrán un número relevante de espacios en la Cámara de Diputados y en la de Senadores y si es que les llega a faltar alguno que otro voto para reformas relevantes las negociaciones y con otros partidos pueden hacer que un chapulín brinque y les permita avanzar sin una fuerte oposición.
Muchos tratan de resumir el arrollador resultado en una sola frase y desde lugares comunes, argumentado que la victoria de Morena y sus aliados se debe de forma simple y llana a los programas sociales, a la cultura (desde un lenguaje despectivo) del mexicano y a que tenemos al gobierno que merecemos.
La realidad es que el torbellino de Morena y los resultados del dos de junio pasado son más complejos de lo que parecieran porque, bien lo dicen las encuestas, la gente en México ha percibido mejoras como la transferencia directa de recursos por parte del gobierno, la mejora en condiciones laborales o el aumento del salario mínimo pero es esa misma población la que percibe altos niveles de violencia e inseguridad y la que vive en carne propia las deficiencias del sistema nacional de salud.
Considero que este triunfo contundente nos puede mostrar más de lo que a simple vista queremos ver.
- Contrapesos y participación
Una de las cosas que más me llamó la atención de esta jornada electoral fue el papel de la oposición. Soy fiel creyente de que la diversidad de opiniones y puntos de vista enriquecen, favorecen y son el terreno fertil para que las cosas puedan mejorar. Sin embargo, creo que la actual oposición en México ha fallado, principalmente en tres cosas.
- La primera: PAN-PRI-PRD juntos. Partidos tan opuestos se unen y rompen con los valores, las historias y los ideales que los hacían atractivos.
- La segunda: malos candidatos (no digo que los de enfrente sean buenos) seguimos viendo las mismas caras, los mismos nombres y la lista de plurinominales las encabezan los líderes de los partidos.
- La tercera: no hay objetivos ni planes claros. Bueno, el objetivo acá es ganarle a Morena pero es un juego de estatus, un juego de suma cero. Y como dice Naval Ravikant “jugar juegos estúpidos, ganar premios estúpidos”.
Y lo más importante sobre este último punto: la participación. Considero que debe llegar un momento en que nuestra labor como ciudadanos vaya más allá de votar cada cierto tiempo. Es muy triste ver en la boleta nombres de gente desconocida, que no está realmente involucrada en la comunidad y que aparecen cada tres o seis años en tiempos de campaña. Sí, implica mucha responsabilidad y compromiso, pero toda libertad implica eso y un poco más.
Ojalá que los resultados del dos de junio me ayuden a despertar y ser consciente de esas tres cosas que acabo de enunciar: que puedo lograr lo que yo quiera y me proponga, que debo siempre ir más allá de las razones aparentes y que el único que puede cambiar mi realidad soy yo mismo haciéndome responsable.
una vez más siendo una maravilla de lectura🙏🏽
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